Ante la creciente presión para descarbonizarse y abandonar los combustibles fósiles tradicionales, las principales compañías petroleras y gasísticas del mundo están aumentando sus inversiones en el sector de los biocombustibles. Grandes empresas como BP, Chevron, Shell, TotalEnergies, ExxonMobil y Eni están incorporando los biocombustibles a sus estrategias más amplias de transición energética, reconociendo la creciente demanda mundial de fuentes de combustible sostenibles.
Según la investigación de Rystad Energy, estas seis grandes petroleras han anunciado un total de 43 proyectos de biocombustibles que o bien ya están operativos o bien se prevé que se pongan en marcha antes de 2030. Aunque las inversiones abarcan varios productos de biocombustibles, como el biodiésel y el etanol, la atención se centra claramente en el aceite vegetal tratado con hidrógeno (HVO) y el combustible de aviación sostenible (SAF), que se espera que representen casi el 90% de la producción de biocombustibles prevista.
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