No ha comenzado el año de la mejor manera para los millones de españoles que consumen gas, carburantes o electricidad. A pesar de que durante el pasado verano los elevados precios energéticos parecían cosa del pasado, este otoño aparecieron los fantasmas de la crisis en Ucrania y las facturas vinieron con subidas.
Esta tónica se ha confirmado en enero y febrero, según apuntan los futuros que se negocian en los mercados, se prevé con un gas, un petróleo y una electricidad caros. Y eso que la geopolítica podría haber dado un empujón a la baja, pero ni con esas. El alto al fuego en la franja de Gaza y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, partidario de las energías fósiles como el gas y el petróleo, eran dos factores fundamentales para que los mercados se hubieran tomado un respiro, algo que no ha sucedido.
Puede leer la noticia completa en VOZPOPULI