Queremos salvar al planeta del CO2 que generamos, pero todas las promesas y objetivos que nos hemos impuesto quizás quedan lejos. Cinco millones de eléctricos para el 2030, coches sin emisiones en las matriculaciones para el 2040, electricidad totalmente renovable para el 2050... "Las intenciones son buenas. Pero si lo analizamos a la luz de los números las cosas no salen tan bien", avanza el profesor Pablo Foncillas.
"Incluso si la flota mundial dejara de crecer, descarbonizar el 50% para 2030 requeriría que fabriquemos alrededor de 600 millones de nuevos vehículos eléctricos de pasajeros en nueve años, eso es alrededor de 66 millones al año, más que la producción global total de todos los automóviles en 2019", recuerda Vaclav Smil.
Otro imposible: la red de recarga. Los garajes con instalación son mínimos, la cifra de electrolineras "da risa" y la demanda en ciertos tramos sería brutal, de hasta el triple de la actualidad.
"La cantidad de energía eléctrica necesaria con la tecnología disponible hace imposible el modelo si además tenemos en cuenta que se eliminarán las centrales térmicas y nucleares. No hay molinos para tantos coches", concluye Foncillas.
Con este panorama, ¿qué podemos hacer? El investigador lanza en el vídeo una serie de soluciones clave para conseguir los objetivos. ¿Estamos dispuestos a hacerlo?
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