Si Europa sigue comprando vehículos eléctricos al ritmo que lo hace, para el año 2050 esto le costará al planeta más de 118.000 hectáreas de bosques ―el equivalente a dos veces el tamaño de Madrid― especialmente como consecuencia de la obtención de metales para las baterías. Este es el cálculo de un estudio que las ONG Fern y Rainforest Foundation Norway presentarán este miércoles durante el Foro sobre cadenas de suministro responsable de minerales, organizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), para alertar sobre el coste ambiental que tendrá la transición energética en el sector transporte si no se toman precauciones. Para Perrine Fournier, activista forestal y minera de Fern, no hay duda de que se necesita un transporte más sostenible, pero advierte de que “no puede producirse a expensas de los bosques del mundo y de las personas que viven en ellos”.
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