No son tiempos fáciles para la industria del motor. Las ventas de vehículos cayeron a plomo durante el pasado año, rompiendo incluso las previsiones más pesimistas del mercado y alcanzando su nivel más bajo de prácticamente la última década. Un complejo escenario que Hacienda logró esquivar disparando en un 38,7% sus ingresos por el impuesto de matriculación.
En concreto, la recaudación por este gravamen -que recoge la Agencia Tributaria, pero que luego va a parar a las comunidades autónomas- alcanzó los 649 millones de euros en 2022, frente a los 467,93 millones del año anterior. Es decir, se ingresó más pese a que se vendieron menos coches. En total, el fisco contabilizó el pasado año 873.021 vehículos; 25.851 menos que en 2021, cuando se registraron 898.872 unidades.
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