McKinsey & Company ha publicado su informe “Cero Emisiones Netas: lo que costaría, lo que podría aportar” en el que examina las implicaciones de alcanzar ese nivel de cero emisiones en 2050 para la demanda, el gasto de capital, los costes de producción y el empleo en los sectores que producen el 85% de las emisiones totales, con un análisis en profundidad de 69 países en todo el mundo.
«La transición a cero emisiones netas equivaldrá a una enorme transformación económica. Las acciones de empresas y gobiernos individuales, junto con el apoyo coordinado a los sectores, países y comunidades más vulnerables, podrían facilitar los ajustes económicos y sociales que serán necesarios», destaca Joseba Eceiza, socio de McKinsey y líder de la práctica de sostenibilidad en España. El análisis toma como punto de partida y camino hacia las emisiones netas cero el hipotético escenario Net Zero 2050 de la Network for Greening the Financial System (NGFS).
El alcance de la transformación económica sería significativo. Por un lado, el gasto de capital en bienes físicos ascendería a unos 275 billones de dólares hasta 2050 -aproximadamente 9,2 billones de dólares al año-, lo que supone un aumento de 3,5 billones de dólares con respecto al gasto anual actual. Por ejemplo, hoy el 65% del gasto en energía y suelo se destina a productos de altas emisiones. En el futuro, el 70% se destinará a productos de bajas emisiones y a infraestructuras de apoyo, invirtiendo la tendencia actual.
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